"Me dan asco quienes te hicieron tanto daño y pido, ruego y suplico por que tu dolor no quede impune. Pido por tu venganza, pues si bien esta no da paz, marca el principio del final de tu justicia".
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Con estas palabras, Marco Vargas, el jefe de trauma del Hospital Nacional de Niños de San José, Costa Rica, se despidió de una niña de un año y dos meses que falleció una semana después de haber ingresado con traumatismos que indicaban que había sido golpeada.
La madre de la menor y su pareja fueron detenidos el miércoles 5 de diciembre, el mismo día que llevaron a la niña al hospital.
Ambos deberán pasar al menos seis meses en prisión preventiva como sospechosos de homicidio calificado, según informaron medios locales.
Al enterarse del deceso, Vargas, que se refirió a la pequeña como M., publicó en su muro de Facebook un mensaje en el que se despedía de ella, lamentaba lo que había tenido que sufrir en su corta vida y le pedía perdón.
"La noticia se acompaña de furia. Profunda, sincera y devastadora furia humana, aquella que no te permite más que liberar una maldición primigenia contra quienes te hicieron daño, porque a diferencia de los que nos disponíamos a rescatar, ‘M’ había sido lastimada, torturada y herida de muerte a propósito", escribió.