Como policía estaba supuesto a proteger y servir. Pero una segunda condena a cadena perpetua acaba de confirmar a Mijaíl Popkov como el mayor asesino en serie de la historia reciente de Rusia.
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El tribunal regional de Irkutsk condenó este lunes a Popkov por el asesinato de 55 mujeres y un policía, pero en 2015 ya había sido sentenciado a pasar el resto de su vida en prisión por la muerte violenta de otras 22 mujeres en la región siberiana.
A la mayoría las mató durante la noche, después de encontrárselas por la calle y ofrecerles un aventón; en tres ocasiones cuando estaba de servicio a bordo de su patrulla.
Y a muchas las mató con un hacha, aunque "el maníaco de Angarsk" -como pasó a ser conocido por sus brutales métodos- también utilizó martillos, cuchillos, destornilladores, punzones, garrotes, bates de béisbol y tacos de billar, entre otros objetos.
Popkov luego tiraba los cuerpos mutilados en bosques, a la orilla de la carretera e incluso en el cementerio de su ciudad natal, donde de vez en cuando se ganaba algo de dinero extra trabajando como sepulturero.