Esta semana estaba llamada a despejar numerosas dudas con respecto al Brexit, pero ha ocurrido todo lo contrario.
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La incertidumbre que rodea la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea solo crece.
El parlamento británico estaba llamado a votar este martes el acuerdo de salida alcanzado entre la primera ministra, Theresa May, y los negociadores de la Unión Europea (UE), pero ahora no se sabe qué se votará ni cuándo.
May decidió este lunes posponer la votación para evitar una clara derrota en la Cámara de los Comunes y prometió renegociar la parte del acuerdo que trata de evitar una frontera física entre Irlanda (miembro de la UE) e Irlanda del Norte (parte del Reino Unido), a la que se opone un número significativo de aliados de May en el parlamento.
Pero ni la Unión Europea ni el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, están dispuestos a volver a negociar.
Por lo tanto, el Brexit, el "divorcio" entre Reino Unido y la UE, que debería consumarse el 29 de marzo del próximo año, sigue en el aire.
Y con él, el futuro del gobierno de May.