La iglesia Bethel, en La Haya, Holanda, empezó a celebrar un servicio el 26 de octubre, y hasta el miércoles 28 de noviembre, más de un mes después, la ceremonia religiosa no había terminado.
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No es que los pastores de este templo protestante quieran batir algún récord.
El objetivo del rito maratónico es evitar la deportación de la familia Tamrazyan a su país, Armenia, una ex república soviética.
"Desde el viernes 26 de octubre, hay un servicio continuo en la iglesia Bethel. Así, se le otorga refugio a la familia Tamrazyan, que ha vivido en Holanda durante nueve años y está bajo amenaza de expulsión", dice un comunicado de la Iglesia protestante de La Haya en su página web.
"Las próximas horas, día y noche, personas de todo el país (pueden) visitar el vecindario y la iglesia de Bethel. ¡Bienvenidos a esta celebración!", añade el mensaje.
Desde entonces, unos 3.500 feligreses y 400 pastores han participado en distintos momentos del servicio, de acuerdo a la Iglesia.
Pero ¿cómo llegó la familia Tamrazyan a esta situación?
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Amenazas
Sasun y Anousche Tamrazyan y sus tres hijos, Hayarpi, Warduhi y Seyran, llegaron a Holanda en 2009, después de que el padre recibiera amenazas de muerte por cuestiones políticas, según una solicitud de asilo que cita The Washington Post.
Los últimos años vivieron en un centro de solicitantes de asilo en La Haya, pero sus sucesivas peticiones para quedarse en Holanda han sido rechazadas.
La última vez, les negaron un "perdón de niños", que permite que una familia se quede si los hijos han vivido al menos cinco años en Holanda.
Ese perdón solo lo obtiene un 10% de los que lo piden, de acuerdo a la Iglesia protestante de La Haya.
En septiembre, los Tamrazyan recibieron una orden de deportación.
Una de las hijas, Hayarpi, de 21 años, publicó un video en Twitter para "pedir ayuda en nombre de su hermano y hermana".
Dilema
Días después, la joven y su familia decidieron refugiarse primero en la iglesia Reformada de La Haya y luego en Bethel.
"Hayarpi y su familia son bienvenidos en Bethel, la iglesia que toma su nombre de la historia bíblica del refugio de Jacob, de la ciudad de la paz y la justicia. A partir de ahora, oraremos día y noche, día y noche", tuiteó Axel Wicke, predicador de Bethel, el 26 de octubre, cuando recibieron a los Tamrazyan.
Las leyes holandesas impiden que las autoridades intervengan un templo religioso mientras se está celebrando algún rito.
Theo Hettema, presidente del Consejo General de Ministros de la Iglesia protestante, explica que el objetivo del refugio es "crear tiempo y espacio para dialogar con el gobierno".
"La Iglesia protestante de La Haya respeta las órdenes judiciales, pero se enfrenta a un dilema: la elección entre respetar al gobierno y proteger los derechos de un niño", dice esta organización en un comunicado.
Según esta iglesia, hay otros 400 niños en Holanda en la misma situación que los Tamrazyan.
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