El escándalo Odebrecht sigue dando de qué hablar en América Latina.
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El expresidente de Perú, Alan García, solicitó asilo en la embajada de Uruguay en Lima, poco después de que un fiscal presentara un recurso para impedirle abandonar el país por 18 meses mientras es investigado por presunta corrupción.
Según informó este domingo el Ministerio de Relaciones Exteriores peruano, el embajador comunicó que el exmandatario ingresó en la noche del sábado en su residencia y realizó la solicitud asilo «conforme a lo dispuesto por la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954, de la cual son parte el Perú y Uruguay».
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De acuerdo con el comunicado, la petición deberá ser evaluada por Montevideo y el gobierno peruano también «hará llegar información al respecto».
Antes de refugiarse en la embajada de Lima, García, a través de su abogado, comunicó que se «allanaba» al impedimento de salida, ya que no tenía «ningún problema» en quedarse en el país para aclarar las investigaciones que afronta.
El exmantario ha negado cualquier implicación en esta trama de corrupción y asegura que las investigaciones en su contra son irregulares y tienen una connotación política.
«Las investigaciones deben hacerse sin odios ni humillación. Mucho menos forzando o comprando testimonios. Hoy hacen escándalo, mañana no tendrán prueba», escribió el sábado en su Twitter.
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Salpicados por Odebrecht
La solicitud de asilo tuvo lugar poco después de que la fiscalía anunciara que ampliaría una investigación por supuestos sobornos pagados por Odebrecht para adjudicarse un contrato para la construcción de la primera línea del metro de Lima durante el segundo mandato de García (2006-2011).
El fiscal José Domingo Pérez investiga al expresidente por mantener «un rol importante» en la ejecución del megaproyecto, a través de la promulgación de decretos a favor de la firma brasileña y por presuntos delitos de lavado de activos y colusión.
Uno de las acusaciones más sonadas fue por haber recibido US$100 mil provenientes de la polémica ‘Caja 2’ de Odebrecht (la que contenía los fondos para las coimas, según las investigaciones), por una conferencia que el líder aprista dictó en 2012 a la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo.
«Es un abuso. El 2012 no era presidente, podía contratar cualquier conferencia. Dicté la charla, recibí los honorarios en mi cuenta en Lima y pagué 30% de impuestos de inmediato», escribió García como respuesta a la acusación en su Twitter.
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Perú es uno de los países más afectados por la saga de corrupción de Odebrecht, que admitió que pagó US$29 millones en sobornos a lo largo de tres gobiernos peruanos, incluido el segundo de García.
El exmandatario, de hecho, no es el único salpicado por este escándalo de corrupción.
También están bajo la lupa de la fiscalía el expresidente Alejandro Toledo, quien huyó a Estados Unidos y ahora enfrenta un pedido de extradición; Ollanta Humala, quien estuvo preso nueve meses junto a su esposa Nadine; y Pedro Pablo Kuczynski, quien renunció en marzo agobiado por denuncias de corrupción.