"Había gente que se había quedado atascada dentro de sus vehículos que estaban en llamas".
En esa frase se podría resumir el infierno que ha sido el mayor y más destructivo incendio forestal en la historia del estado de California, en el oeste de Estados Unidos, que ha dejado 44 víctimas fatales y cerca de 80 kilómetros cuadrados de suelos carbonizados.