Anestesiada, Adele Bellis descansa sobre una mesa operatoria en el Centro de Saint Andrew del Hospital Broomfield, en el este de Inglaterra. Más de una docena de trabajadores se preparan para la cirugía.
Ha pasado por tantas en los últimos cuatro años, desde que su exnovio le pagó a un hombre para que le tirara encima ácido sulfúrico, que ya perdió la cuenta.
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Un creciente número de personas están siendo hospitalizadas tras haber sido víctimas de ataques de ácido en Reino Unido y el programa Victoria Derbyshire de la BBC tuvo acceso único a la unidad de quemados más grande de Europa para ver cómo los sobrevivientes de estas agresiones se están recuperando.
Adele es una de ellos.
Esta vez, los cirujanos le realizan una serie de cortes diagonales a lo largo de la cicatriz que tiene al lado derecho de su cuello antes de volver a coser esa zona.