Las playas tropicales de India probablemente traen a la mente palmeras salpicadas de sol, ardientes pescados al curry y mochileros con rastas.
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Pero también guardan un sorprendente secreto.
Sus arenas son ricas en torio, un elemento químico que es considerado una alternativa más limpia y segura que los combustibles nucleares convencionales.
El país ha estado ansioso por explotar sus aproximadamente 300.000 a 850.000 toneladas de torio, probablemente las reservas más grandes del mundo, aunque el progreso ha sido lento.
Pero este esfuerzo está volviendo a llamar la atención, en medio del renovado interés en la tecnología.
En 2017, científicos holandeses pusieron en marcha el primer reactor experimental de torio en décadas, las nuevas empresas están promoviendo la tecnología en Occidente y el año pasado China se comprometió a gastar US$3.300 millones para desarrollar reactores que podrían funcionar con torio.
Los defensores de esta tecnología dicen que promete energía libre de carbono con desechos menos peligrosos, menor riesgo de colapso y más difícil de convertirse en armas con respecto a la energía nuclear convencional.
Sin embargo, los rápidos avances en energías renovables, un desarrollo costoso e interrogantes sobre qué tan seguras y limpias serían las futuras plantas, son señales de que su camino hacia la comercialización parece incierto.