Se necesita coraje y honestidad para admitir cuando te equivocas.
Peter Reinhardt admite de manera divertida que en un momento determinado estuvo decidido a matar la idea detrás de su empresa, que ahora tiene un gran éxito y está en rápida expansión.
Antes de este negocio, había intentado dos ideas con la empresa que había fundado junto a tres amigos. Ambas ideas fallaron.
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Él y sus amigos querían identificar y resolver un problema que enfrentan las organizaciones.
La primera idea, Classmetric, fue "un desastre total", dice.