Celestine Egbunuche es el "preso más viejo" de Nigeria. Al menos así lo llaman quienes promueven una campaña para pedir su liberación.
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Ha pasado 18 de sus 100 años en la cárcel y, de estos, los últimos cuatro en el corredor de la muerte. Fue declarado culpable de haber organizado un asesinato.
De baja estatura y un poco encorvado, mira melancólicamente hacia nada en particular sentado sobre un banco lleno de gente en la sala de visitas de la prisión.
Vestido con una camiseta blanca, shorts y sandalias, levanta su cabeza lentamente para hacernos entender que sabe que estamos allí.
Es el único gesto que hace, ya que permanece callado a diferencia del resto de reos de la prisión de máxima seguridad de Enugu, en el sureste de Nigeria, que hablan en voz alta.
Su hijo, Paul Egbunuche, de 41 años, se sienta a su lado con actitud protectora y es él quien cuenta su historia, ya que también está preso por el mismo crimen que su padre.
Los dos están acusados de haber contratado a secuestradores para matar a un hombre por una disputa de tierras en el estado de Imo.