Michelin es probablemente mejor conocida como la compañía que otorga estrellas a los restaurantes para distinguir su excelencia.
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Mientras entregaba la semana pasada las estrellas Michelin de 2019 para Reino Unido e Irlanda, el chef británico y presentador de la versión estadounidense de MasterChef, Gordon Ramsay, describió el evento como los "Oscar de la restauración".
Para el sector, recibir una estrella no es solo un elogio, también puede ser un gran impulso para el negocio.
El fallecido chef francés Joël Robuchon, el ganador de más estrellas que ha habido, afirmaba que estas transformaban el negocio financieramente.
"Con una estrella Michelin, tu negocio se incrementa en un 20%. Con dos, en un 40% y con tres, en un 100%", le dijo el año pasado a la revista Food & Wine.
Pero según los fundadores del restaurante Ellory, ubicado en el Este de Londres y que cuenta con una estrella Michelin, el precio de recibir este galardón resulta aun más caro.
"El negocio se incrementó en más de un tercio", afirma Ed Thaw, que recibió esta distinción solo 11 meses después de haber abierto su restaurante.
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Sin embargo, en un testimonio de lo dura que puede resultar esta industria, Ellory cerró solo dos años y medio después, pese a haber conservado su estrella un segundo año consecutivo.
El restaurante solo fue rentable tres meses y fueron meses "aleatorios".