El partido y el marcador fueron decepcionantes, pero no para Pep Guardiola.
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Y es que el empate sin goles entre Manchester City y Liverpool, gracias en parte al penalti fallado por el argelino Riyad Mahrez a cinco minutos de lfinal, dejó satisfecho al técnico catalán.
Poco le importó no haber desplegado el fascinante estilo de juego que ha propuestoen su carrera para darle prioridad al orden defensivo.
Lo importante para él fue no perder, otra vez, frente al técnico que se ha convertido en el mayor dolor de cabeza de su carrera: Jurgen Klopp.
Es tal el respeto que le tiene al entrenador alemán que durante una parte del documental "Todo o nada" de Netflix, basado en el histórico año que completó Manchester City en la temporada 2017-2018, se observa a Guardiola hablando con sus asistentes previo al duelo de cuartos de final de la Champions League ante Liverpool.
"Ellos me asustan", admite en referencia a la amenaza en ataque que representa el equipo de Klopp. "Son peligrosos, quiero decir", corrigió sus palabras.
Esa admisión resultó extraña en un hombre que se muestra durante toda la serie de televisión rebosante de confianza en sí mismo y en su equipo.
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Pero Guardiola tenía razones para sentir ese grado de temor e incertidumbre como quedó reflejado en la eliminatoria, que se resolvió con la clasificación de Liverpool tras ganar en Anfield y en el Etihad.
Raphael Honigstein, reconocido periodista del fútbol europeo y biógrafo de Klopp, considera que los últimos enfrentamientos entre ambos técnicos confirman que el técnico alemán se ha convertido en una especie de "kryptonita" para los equipos de Guardiola, en referencia al metal que anula los poderes de Superman.
La piedra en el zapato
La rivalidad, amistosa y feroz, comenzó en 2013, cuando el Borussia Dortmund entrenado por Klopp arruinó el estreno de Guardiola al frente del Bayern Múnich en el fútbol alemán ganando la Supercopa.