Fue un momento observado por millones, cuando dos mujeres jóvenes confrontan apasionadamente al senador Jeff Flake en un ascensor.
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Él se dirigía a votar sí y ayudar a despejar el camino a un hombre acusado de abuso sexual para que asuma uno de los cargos públicos más importantes del país, el de juez de la Corte Suprema, que además es vitalicio.
Pero Flake se topó con Ana María Archila, una mujer colombiana de 39 años y madre de dos hijos, y con Maria Gallagher, estadounidense de 23 años.
Archila llevaba una semana en Washington protestando contra la nominación de Brett Kavanaugh cuando vio al senador Flake en un pasillo del Capitolio.