Australia está en alerta después de que más de 100 personas denunciaran haber encontrado agujas escondidas dentro de fresas y otras frutas.
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La situación, que empezó a presentarse la semana pasada, desatópánico entre los consumidores e hizo que las autoridades emitieran comunicados advirtiendo al público que cortara las frutas en lugar de morderlas directamente.
Además de lanzar una investigación por todo el país, el gobierno, las cadenas de tiendas y supermercados han empezado a implementar una serie de medidastanto para disuadir a potenciales delincuentes de adulterar las frutas como para calmar a los consumidores.
El gobierno anunció que estaría introduciendo castigos criminales más severos contra aquellos que se descubran comprometiendo la integridad de los productos comestibles.
El primer ministro Scott Morrison declaró que los culpables podrían enfrentar condenas de cárcel de 15 años.
Según el ministro, las nuevas penas estarán a la par con las de crímenes como la pornografía infantil y la financiación del terrorismo.