Cada uno de los 42.195 metros que recorrió Eliud Kipchoge fue agrandando la magnitud de la hazaña del corredor keniata, que logró al pulverizar el récord de la maratón en 78 segundos.
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Con un tiempo de 2 horas 1 minuto y 39 segundos, Kipchoge completó la mayor demostración de velocidad y resistencia que jamás se había visto, tan asombrosa que incluso es comparada al momento cuando el jamaiquino Usain Bolt paró en 9 segundos y 58 centésimas el cronómetro en la final de los 100 metros planos de los Mundiales de Atletismo de Berlín en 2009.
Y no es coincidencia que la capital alemana haya vuelto a ser testigo de un hecho sin precedentes, un hito que, al igual que el logrado por Bolt, dejó abierta la interrogante de hasta dónde podrá llegar el cuerpo humano.