Cuando esta semana China extendió la alfombra roja para más de 50 líderes de África, hubo un gran ausente: Suazilandia.
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El pequeño país del sudeste de África -renombrado recientemente como Eswatini- no estaba entre los invitados a la cumbre del Foro de Cooperación China-África (FOCAC) en Pekín.
Es la única nación del continente que mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán, reconociendo así que éste es un país de pleno derecho y enfrentándose de pleno a la visión de China, que considera a Taiwán una "isla rebelde".
Su alianza con Taipéi imposibilita cualquier tipo de asociación con Pekín y, por tanto, cualquier ayuda económica china, pues el régimen comunista no tiene relaciones diplomáticas con ningún país que reconozca a Taiwán como una nación independiente.
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La creciente influencia económica de China en el mundo ha provocado que ya tan solo 17 países reconozcan oficialmente a Taiwán.
Este pasado mes de agosto, una nueva nación le dijo adiós a la isla: El Salvador, siguiendo la estela de otros estados centroamericanos.