La siguiente historia es una versión editada de una presentación de Lucy Jollow, quien sufre de agorafobia, contada para la BBC en el Fringe Festival de Edimburgo.
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Asistir a una gran boda puede ser una experiencia difícil: ¿qué te pones? ¿A quién debes evitar?
Cuando sufres de agorafobia y debes ser la dama de honor de tu mejor amiga, esa es la menor de tus preocupaciones.
Puedes pensar que la agorafobia se trata simplemente de quedarse encerrado en casa, con miedo al mundo exterior.
Pero, en realidad, es mucho más raro que eso. A los 29 años, desarrollé una forma muy específica: el miedo absoluto a pasar la noche en cualquier lugar que no sea tres casas específicas.
Y todas estaban muy lejos de Escocia, el sitio donde se casó mi amiga.
Lo raro es que anteriormente tenía un trabajo que involucraba hospedarme en hoteles diferentes cada semana. Yo era el tipo de persona que no compraba gel de ducha porque tenía bien guardados muchos frascos en miniatura.
Mi fobia era difícil de explicar, así que solía inventar excusas sobre por qué no podía quedarme en algún lugar y desarrollé un conocimiento enciclopédico de los horarios de transporte para poder llegar a casa en el momento en que sentía miedo.