La guerra nunca es un juego.
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Pero hay juegos que parecen una guerra.
Y uno de ellos es el botaoshi (se traduce como "tumbar el poste"), una práctica deportiva japonesa en la que, en un campo de 300 metros de largo, 150 jóvenes divididos en dos equipos se enfrentan entre sí con dos objetivos.
Uno de los equipos, el de intentar inclinar un poste. El otro, armado de sus manos, sus piernas y su propio peso, a evitar que lo logren antes de que se cumplan 90 segundos.
"Es la versión japonesa del popular juego ‘capturar la bandera’", describió el periodista Jerome Walcott.
"Solo que acá la bandera es un poste, no se agarra la bandera sino que se derriba un palo y, sobre todo, para lograrlo hay que patear y empujar durante un buen tiempo".
El juego se disputa cada año en la temporada del aniversario de la Academia Nacional de Defensa de Japón y se replica en varias academias y colegios alrededor del país.
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Colegios cuyos estudiantes esperan con ansias molerse a palos durante el tiempo que dura cada "Botaishi".
¿Cómo se juega?
La primera condición para querer jugarlo es tener ganas de enfrentarse a piñas para evitar que el poste, que está perpendicular al suelo, se incline hasta los 30 grados.
De acuerdo a lo publicado por la Academia de Defensa Japonesa, cada equipo debe estar conformado por 75 personas, que se separan en dos grupos, uno de 25 personas y otro de 50.
En dos partes del campo se ubican los equipos de 25 integrantes, que se encargaran de defender los postes.
Mientras que en la otra esquina el campo se organizan las dos escuadras de 50, quienes serán los encargados del ataque.