En el remoto poblado de Yar-Sale, en el norte de Siberia, vive un grupo de ancianas.
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Antiguamente formaban parte de una comunidad nómada de pastores de renos. Hoy, en su vejez, pasan la mayor parte del tiempo en aislamiento, alejadas del mundo que amaban.
Mientras que a los hombres se los alienta a permanecer dentro de la comunidad migrante y a retener sus roles sociales, a las mujeres por lo general se las hace a un lado, y se las deja solas para que lidien con los problemas que trae el envejecer.
El fotógrafo Oded Wagestein viajó hasta el poblado para reunirse con estas mujeres "olvidadas".