"Es como descubrir los huesos de los primeros humanos en la Tierra".
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El cosmólogo mexicano Carlos Frenk describió así a BBC Mundo la importancia de un descubrimiento que permite a los científicos adentrarse en la fase temprana y oscura del Universo.
Tan temprana que equivaldría en una vida humana a "las primeras horas después del nacimiento".
Frenk, profesor de la Universidad de Durham, en Inglaterra, es uno de los autores de un nuevo estudio según el cual en torno a la Vía Láctea hay galaxias de 13.000 millones de años de antigüedad.
"Son las galaxias más antiguas, las primeras que se formaron en el Universo y lo que vemos ahora son las reliquias de estas galaxias".
"Esas galaxias primitivas son los tabiques de la construcción del universo y por eso son tan importantes".
"Muy, muy débiles"
Las galaxias primitivas son muy pequeñas, según le explicó Frenk a BBC Mundo.
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"Tienen entre 100.000 y un millón de estrellas. Esto suena mucho, pero si las comparamos con la Vía Láctea que tiene 50.000 millones de estrellas son pequeñísimas".
Y su tamaño es el motivo por el que ha sido tan difícil detectarlas.