Algunos la llaman la "Lawrence de Arabia femenina", pero cuando el famoso arqueólogo y escritor Thomas Edward Lawrence llegó por primera vez a Medio Oriente, Gertrude Bell ya había había recorrido gran parte de esta región, hablaba árabe con fluidez y hasta había publicado dos libros sobre su experiencia por aquellas tierras lejanas.
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Este mes de julio se cumplieron 150 años del nacimiento de esta escritora, arqueóloga y hasta trabajó para los servicios secretos, cuyo legado cayó en el olvido hasta hace poco años, cuando a raíz de la Guerra de Irak muchos empezaron a recordar su figura.
Nacida en una familia acomodada de la Inglaterra de 1868, a Bell le tocó vivir una época en la que la libertad y el impacto que podía tener una mujer en la sociedad estaban muy limitados.
Sin embargo, llegó a ser tan respetada e influyente que su voz fue una de las más determinantes a la hora de trazar los límites de un nuevo Estado árabe al que, también por sugerencia suya, se le dio el nombre de Irak.