¿US$180 por un sándwich? Esta pregunta se la han formulado muchos de los críticos gastronómicos de Nueva York en el último mes.
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El emparedado en cuestión es vendido en Don Wagyu, un restaurante en el Distrito Financiero, en Manhattan, que abrió sus puertas el 27 de junio pasado y que ha generado que se escriban artículos sobre él en unos de los medios más reconocidos de Estados Unidos.
Más allá de que el sándwich sea hecho con carne traída en exclusiva desde una pequeña granja en Japón, a muchos el precio les parece exorbitante. Otros, en cambio, usaron este hecho para hablar de un fenómeno de la psicología conocido como el "efecto ancla".
En palabras simples, el "efecto ancla" describe cómo la información inicial sobre algo nos hace emitir juicios posteriores.
Según esto, un producto en particular -en este caso un sándwich de US$180- hace que las personas se fijen en otros productos de menor precio que hay en la carta.
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El crítico gastronómico Ryan Sutton, de la revista Eater, explicó así el objetivo de este efecto: "A los clientes se les muestra un bien o servicio exorbitante por adelantado para restablecer sus expectativas sobre lo que es normal. Esto provoca reflexiones enfermizas como, ‘oye, al menos estas patas de cangrejo de US$75 son más baratas que ese vaso de vino’".
El restaurante Don Wagyu tiene solo tres opciones de sándwich: US$25, US$80 y US$180. Según el "efecto ancla", las personas terminarán comprando más sándwiches de US$25 que de US$80 y US$180, pero eso no quiere decir que el de US$25 sea, en realidad, la mejor opción.