Un reloj con una grabadora de audio escondida, celulares "alquilados", horas de escuchas telefónicas y capturas de conversaciones por mensaje de texto.
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Son una parte de los elementos con los que la Corte Suprema de Justicia de Colombia decidió abrir un proceso formal contra el expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez.
La noticia de que el influyente y controversial Uribe tenga que afrontar una investigación ante la más alta instancia judicial de este país ocasionó un terremoto político cuyas consecuencias todavía se desconocen.
Las que sí comienzan a conocerse, de a poco, son las "evidencias" por las que el exmandatario será indagado por presuntos delitos de soborno y fraude procesal, de los que él se declara inocente.
Todo comenzó con una demanda judicial interpuesta por el propio Uribe contra uno de sus adversarios políticos por supuestas calumnias.
Ocurrió en 2014 y a lo largo de las investigaciones para aclarar lo sucedido, las autoridades judiciales comenzaron a sospechar del propio expresidente.
En febrero de este año, la Corte Suprema decidió descartar la demanda y en su lugar optó por abrir una investigación preliminar sobre la actuación de Uribe durante el proceso por posible manipulación.
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"Dado que en la investigación se advirtió la existencia de amenazas y posibles ofrecimientos orientados a incidir en varios de los testigos (…) se ordenó investigar la posible participación de Álvaro Uribe Vélez", señaló la resolución de la Corte Suprema conocida el miércoles.
La decisión de la corte está sustentada en indicios que se obtuvieron de diversas maneras.
Algunas de ellas cuestionables, según analistas, pero aún así consideradas válidas para el proceso.
Uribe es el líder indiscutido del partido Centro Democrático, el mismo del futuro presidente de Colombia Iván Duque, quien tomará posesión del cargo el 7 de agosto.
Apenas se supo del proceso en su contra, el exmandatario anunció su renuncia al Senado para preparar su defensa.