¿Te pondrías un traje robótico para correr durante todo el día sin cansarte? ¿Y uno que te permitiera permanecer de pie por más tiempo durante tu jornada laboral?
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La tecnología para darnos fuerza sobrehumana ya está en marcha. Pero han comenzado a aflorar dudas en cuanto a las razones éticas para desarrollarla y en qué circunstancias deberíamos usarla.
Un exoesqueleto, como su nombre indica, es una estructura externa que puede usarse para sostener el cuerpo, ya sea para ayudar a una persona a recuperarse de una lesión o para mejorar sus capacidades biológicas.
Impulsado por un sistema de motores eléctricos, proporciona más movimiento, fuerza y flexibilidad a nuestras extremidades.
En el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), un grupo de investigadores está trabajando en unos exoesqueletos que trabajarán en perfecta armonía con el cuerpo humano.