El evento dejó a muchos perplejos. El iceberg más grande del mundo, un bloque de hielo de 6.000 km2 de superficie, se desprendió de la Antártica hace justamente un año. Pero ¿qué ocurrió después?
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Con un peso de un billón de toneladas, el coloso de hielo se desprendió de la Plataforma de Hielo Larsen C, la extensión flotante de glaciares localizada a lo largo de la costa oriental de la península Antártica.
El gigantesco iceberg, bautizado como A-68, pasó los últimos 12 meses meciéndose en el mismo lugar tratando de desplazarse hacia algún sitio, pero sin mucho éxito.
En algunas ocasiones ha chocado contra la plataforma de hielo de la cual se separó. Su desplazamiento solo funcionó en parte al dirigirse hacia el norte, el trayecto que se esperaba que siguiera en su camino hacia el océano Atlántico.
"Un iceberg tan masivo como el A-68 es lento y, por lo tanto, necesita tiempo para acelerar", explica Thomas Rackow, del Instituto Alfred Wegener de Investigación Polar y Marina de Alemania.