Las últimas conversaciones de alto nivel entre Corea del Norte y Estados Unidos no dieron los frutos esperados.
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Al menos según Pyongyang.
El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, realizó un viaje al país asiático esta semana para continuar con las negociaciones sobre la desnuclearización iniciadas en la cumbre entre Donald Trump y Kim Jong-un en Singapur, y aseguró al término de su viaje que se habían alcanzado acuerdos en temas centrales.
Corea del Norte, no obstante, dio ahora otra visión de lo ocurrido: acusó a Estados Unidos de realizar demandas con "mentalidad de gángster" y advirtió que el viaje de Pompeo no sirvió para estrechar la confianza entre ambos países, sino para todo lo contrario.
La histórica reunión de Singapur acabó con la promesa de Kim de trabajar hacia la desnuclearización, pero se publicaron pocos detalles de cómo y cuándo se llevaría a cabo.
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Una de las claves del viaje de Pompeo a Corea del Norte era precisamente reafirmar el compromiso del régimen con el desarme.
"Fase peligrosa"
Ocurrió lejos de lo esperado.
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"Nos llevó a una situación peligrosa, en la que podría tambalearse nuestra inquebrantable voluntad de desnuclearización, en lugar de consolidar la confianza entre la República Democrática de Corea (nombre oficial de Corea del Norte) y Estados Unidos", señala un portavoz de la Cancillería del aislado país en un comunicado publicado por la agencia norcoreana KCNA.
Según el régimen norcoreano, Washington "malinterpretó" su buena voluntad y paciencia.
"Si Estados Unidos trata de forzarnos con las viejas maneras que utilizaron anteriores gobiernos, no nos llevará a ningún lado".