Hace casi 20 años, en la frontera entre Chile y Argentina, los cuerpos congelados de tres niños que vivieron en el Imperio Incaico fueron descubiertos en la cima de un volcán.
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Preservados perfectamente en un frío helado a 6.000 metros sobre el nivel del mar, yacían allíintactos desde su sacrificio hace cinco siglos.
Han pasado casi dos décadas, pero su descubrimiento aún nos está enseñando cómo era el mundo cuando los pequeños vivían.
A lo largo del año pasado, estas tres momias jugaron un rol importante en la lucha del delantero y capitán de la selección peruana, Paolo Guerrero, por participar en el Mundial Rusia 2018 tras sus suspensión por dopaje.
Esta es la historia de cómo sucedió.
La agridulce campaña de Guerrero
Paolo Guerrero insiste en que no consumió cocaína.
Siempre sostuvo que la prueba de octubre de 2017 en la que dio positivo se practicó después de que hubiera bebido un té de hierbas contaminado.
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En Perú, no es raro consumir hojas de coca. En la actualidad, se usan más para preparar mate, que es una forma más cómoda de tomarlas que chaccharlas, una tradición de 8.000 años de antigüedad que consiste en embutirse un fajo de hojas en la boca para masticarlas durante horas.
En varias partes de Sudamérica, el consumo de hoja de coca cruda es completamente legal e incluso se dice que ayuda a combatir el mal de altura. Funciona como un estimulante leve y sus efectos han sido comparados al de una taza bien cargada de café o té.
Dista mucho del infame polvo blanco que resulta de un proceso químico.
Pese a ello, una taza puede bastar para que alguien no pase una prueba antidopaje.
Quizás le pasó a Guerrero después de dos partidos de la clasificatoria al Mundial en octubre del año pasado: un empate 0-0 con Argentina y otro 1-1 con Colombia. Aquellos resultados dejaron a Perú con grandes posibilidades de llegar a su primer Mundial desde 1982.
Solo tenían que vencer a Nueva Zelanda en una eliminatoria a doble partido, pero estaban a punto de perder a su principal figura.
Guerrero le dijo a la FIFA que le habían dado dos tés con hierbas cuando estaba en el extranjero por trabajo porque tenía gripe. Explicó que le dieron una infusión de anís y un té negro con limón y miel. ¿Tal vez se confundieron y le dieron un mate de coca?
Pero al delantero le hicieron poco caso. Había dado positivo en el metabolito de la cocaína benzoilecgonina, así que fue suspendido por 12 meses.
Las eliminatorias continuaron sin él. Guerrero se tuvo que limitar a ver cómo sus compañeros empataron 0-0 en Nueva Zelanda y, luego, como toda la nación se les unía para celebrar el 2-0 en Lima con el que se hicieron un hueco en Rusia 2018 después de 36 años sin pisar un Mundial.
Pero la clasificación fue agridulce. Todavía podía apelar, pero todo parecía indicar que el delantero se perdería el torneo.