En un aula de la Universidad Dongguk en Seúl, la profesora Eun-Joo Lee pide a sus alumnos que dibujen una botella y luego una bicicleta.
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Pero no se trata de una clase de arte.
Estamos en un curso de "matrimonio y familia" y, según Lee, la forma como las personas dibujan dice mucho sobre su feminidad o masculinidad.
Si una mujer hace una bicicleta comenzando desde el frente, puede indicar rasgos masculinos.
Esto no es algo negativo, sino simplemente una característica de la personalidad.
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La profesora Lee también muestra a los estudiantes anuncios de juguetes europeos que desafían los estereotipos de género, como imágenes de niños pequeños que empujan coches de bebés y niñas jugando con herramientas.
La clase tiene como objetivo ayudar a los jóvenes a entender mejor las relaciones y, tal vez, a encontrar la pareja adecuada.
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Esto es parte de un esfuerzo que realiza Corea del Sur para abordar un grave problema: los jóvenes no se están casando y los que sí, no tienen muchos hijos.
Es un tema complicado en una nación con una larga historia de roles de género tradicionales, que solo comenzó a cambiar con el boom económico de la década de 1960.