La muerte de Sudán el último rinoceronte blanco del norte macho que quedaba en el mundo y que falleció este lunes en Kenia, dejó a esta especie "funcionalmente extinta".
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La única esperanza para revivir a su población es desarrollar una técnica de fertilización in vitro específica para esta especie.
Se trata de una situación única y particularmente mala, según Colin Butfield, director de campañas del Fondo Mundial para la Naturaleza.
La vaquita marina —una rara marsopa descubierta en 1958— y el rinoceronte de Java son las especies que corren más riesgo de seguir la misma suerte de Sudán.