Mónica llevaba 5 años en pareja con Juan y 2 años viviendo con él cuando, una noche, ella no volvió a la casa. Estaba con otro hombre.
"No fue algo planificado. Pasó", cuenta sobre aquel romance. "Me di cuenta de que estaba enamorada de él (Juan), pero que no me daba lo que necesitaba".
A los días ella terminaría confesándole el engaño a su pareja y durante un tiempo intentarían recomponer la relación. Pero finalmente se separaron.
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Recién con la terapia Mónica logró aceptar que la relación con Juan le hacía daño porque él no la quería ni valoraba tal como ella lo hacía.
"Me estaba humillando al seguir con él", reconoce. Por eso, agrega, nunca se sintió culpable de haberlo engañado.
Aún así, ella no se llama Mónica y él no es Juan. La argentina de 37 años pidió a BBC Mundo el anonimato para contar un amorío que describe como "la única forma de sobrevivir" que encontró.
La infidelidad es "un tabú universal y aún así es universalmente practicado", afirma la psicoterapeuta Esther Perel en su libro The state of affairs: rethinking infidelity ("La situación de los amoríos: repensando la infidelidad").