"Sentí muy fuertes temblores y vi la tierra abrirse en largas fisuras. Por estas grietas surgió una humareda de fina arena gris tan alta como la mitad de la altura de los pinos que la rodeaban", dijo la "güerita Aurora", una de las primeras testigos en el nacimiento del volcán Paricutín.
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El imponente cono casi perfecto que surgió en el estado de Michoacán, en el oeste México, es el volcán más joven del continente americano. Su nacimiento, hace 75 años, pudo ser documentado por completo, algo extraordinario en la historia de la vulcanología.
El volcán tiene incluso un "acta de nacimiento" con fecha del 21 de febrero de 1943.
Un documento oficial del Ayuntamiento de Parangaricutiro explica cómo los campesinos que habitaban el lugar habían estado sintiendo constantes terremotos en la semana anterior del surgimiento.
Ese día, además, "se levantaban largas lenguas de fuego, con fuertes humaredas y estruendos nunca oídos", según los testimonios.
Cuando se dieron cuenta que se trataba del nacimiento de un volcán, los pobladores tomaron la decisión unánime de llamarlo Paricutín.
Este nombre se refiere al pueblo donde surgió, que significa "del otro lado" en idioma purépecha. Con su nacimiento arrasó a dos pueblos pero no murió nadie, todos los habitantes pudieron huir.