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El “milagro de Dunkerque”: la peligrosa huida de una familia en medio de la invasión de la Alemania nazi a Francia

El estreno de una película de Christopher Nolan sobre el “Milagro de Dunkerque” trajo a nuestra memoria este emblemático episodio de la Segunda Guerra Mundial. Aquí tienes un relato de la familiar de una sobreviviente de aquella huída en medio de los bombardeos nazis.

Una película sobre el dramático rescate de 300.000 soldados del bloque aliado mientras se aproximaba el ejército nazi llega a los Oscar como una de las más nominadas.

Se trata de un recordado episodio de la Segunda Guerra Mundial sucedido en la ciudad francesa de Dunkerque en mayo de 1940.

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La película, que tiene el mismo nombre de la ciudad donde se produjeron aquellos hechos, está dirigida por Christopher Nolan y opta a ocho premios Oscar este domingo 4 de marzo en Los Ángeles.

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La historia recuerda aquellos sucesos como "el milagro de Dunkerque" o con el nombre con el que fue bautizada aquella acción de rescate: "Operación Dínamo".

Soldados británicos, belgas y franceses se salvaron de los nazis en esa acción militar ejecutada por la Fuerza Expedicionaria de Reino Unido poco antes de que Francia cayera en manos de Alemania.

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Sin embargo, a medida que el escape de los militares se concretaba a través del Canal de la Mancha, miles de civiles quedaron a su suerte.

Eso fue lo que le sucedió a esta familia belga, cuya historia es contada a continuación por la prima de una de las protagonistas.


Eva y Stanislas

En mayo de 1940 Eva Zusman, su esposo Stanislas y su hija Anita, de cuatro años, llegaron a la estación balnearia en la ciudad belga de De Panne desde su casa en Amberes.

Allí se les unieron el padre de Stanislas y su familia cercana.

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Era un día de fiesta organizado en el último minuto para celebrar el regreso de Eva de su ciudad natal, Ginebra, a donde fue a visitar a su familia.

De Panne era ideal para unas vacaciones de verano en familia.

Las playas de arena blanca se extendían hasta donde el ojo podía ver.

Pero al día siguiente de su llegada, el 10 de mayo, Alemania invadió Bélgica, Luxemburgo y Holanda.

Anita

A Anita, que ahora tiene 80 años y vive en Ginebra, la noticia de la invasión se la dio un guardia de la policía local que llevaba un tambor.

La resistencia de Bélgica no duró mucho tiempo.

Miles de soldados nazis marchaban por Bélgica y Holanda hacia el norte de Francia y la costa.

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Eva y Stanislas vacilaron, conscientes de que como judíos estarían entre los primeros en ser atacados en la Bélgica ocupada.

Después de varios días se unieron a otros que hacían su camino a pie hacia Francia.

El ritmo era lento. Nacida con una cadera deformada, Eva cojeaba pesadamente mientras que su suegro, Abraham, necesitaba una silla de ruedas.

Anita y sus primos, al principio aterrorizados por lo que estaba sucediendo, pronto se distrajeron con las vistas del mar.

Stanislas compró un auto y contrató a un joven local para conducir a la familia Zusman hacia la frontera.

Una vez en Francia, se detuvieron en una casa de huéspedes para descansar.

Pero todavía no había pasado lo peor,

Dunkerque

La familia dejó sus maletas en el vehículo y pasó la noche en el alojamiento, junto al conductor contratado.

Por la mañana tenían que continuar su viaje hacia el sur.

Pero al día siguiente, tanto el auto como el conductor habían desaparecido.

Se habían quedado sin su único medio de transporte y sus pertenencias.

Sólo les quedaba seguir por sus propios medios.

El 15 de mayo, Holanda y Bélgica se rindieron ante Alemania.

Ya en Dunkerque, la familia constató que el ambiente era anormalmente tranquilo.

Las explosiones de bombas se podían oír en la distancia y el humo era visible si mirabas hacia el norte.

Eva buscó provisiones y un lugar para quedarse, y encontró ambas en una casa de campo en las afueras de la ciudad.

Fue cuando sucedió algo que marcó la vida de Eva durante muchos años, incluso después de la guerra y que ella anotó en su diario.

"No sabíamos que todo el ejército británico estaba en Dunkerque y que intentaban escapar por mar. Pasamos una noche terrible bajo bombardeo en Dunkerque, no sabíamos qué pasaría con los soldados en la playa. Pensamos que debíamos abordar uno de los barcos que se dirigían a Inglaterra también".

El 21 de mayo, las tropas británicas, francesas y belgas quedaron atrapadas a lo largo de la costa francesa.

Una división francesa había contenido a los alemanes cerca de Lille y los aliados habían podido reunirse en Dunkerque, pero el tiempo se estaba agotando.

El primer ministro británico Winston Churchill había pedido que pequeñas embarcaciones y barcos privados se reunieran a lo largo de aquella costa para participar en la evacuación.

El abrigo

Stanis y su familia se unieron a otros civiles que huían del bombardeo.

Se dirigieron hacia el sureste con la esperanza de que un tren los llevara lejos de la lucha.

En bicicletas, autos, carruajes tirados por caballos o camiones, jóvenes y viejos, mujeres y niños, huyeron hacia el sur de la manera que pudieron.

Nadie sabía cuánto duraría el viaje ni dónde pasarían la noche.

Más de 20.000 civiles perderían sus vidas en Francia entre mayo y junio de 1940.

Anita todavía recuerda la calidez del abrigo de piel de su madre.

Dormía con ella y se cubrió con el abrigo cuando hacía frío por la noche.

Se convirtió en en un tesoro más de lo que Eva podía haber imaginado.

Luego vendría la separación.

Stanis decidió comprar una motocicleta con un asiento lateral.

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