El tiempo comienza a escasear para salvar al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el TLCAN, también conocido por sus siglas en inglés NAFTA.
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Canadá, Estados Unidos y México habían pactado siete rondas de negociaciones y este domingo empezó la séptima. Ya se da por descontado que serán necesarias algunas más.
Según se acerca el banderazo de salida de las campañas electorales para la presidencia de México y el congreso estadounidense, disminuyen las esperanzas de una discusión sosegada, lejos de los caldeados ánimos partidistas, sobre como darle continuidad al TLCAN.
Si el tratado va a ser ratificado en una versión parecida a su estado actual, esta renegociación debería suceder pronto, aseguran los expertos.
Pero, según dijeron a BBC Mundo varios analistas, todavía subsisten diferencias de fondo que han dificultado llegar a un acuerdo y que, en última instancia, pueden hacer que no se alcance.
Más allá de Trump
Algunos dirían que el principal obstáculo para que se salve el NAFTA se resume en una palabra: Trump.
El presidente de Estados Unidos utilizó sus críticas al tratado como una de las banderas de su campaña electoral.
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Los males de su país, asegura desde que era candidato, se aliviarían en parte si dejan de llegar de México inmigrantes indocumentados y productos baratos.
Para Trump, mostrar como trofeo la desaparición de este tratado es parte del mismo proyecto político que quiere ver un muro a lo largo de la frontera con México.
Y frente a esos requerimientos políticos, sostienen los pesimistas, no hay negociación técnica que pueda prosperar.