En el barrio londinense de Mayfair se encuentra la tienda Henry Poole & Co, en el corazón de Savile Row, una calle sinónimo de la crème de la crème de trajes de hombre.
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La empresa se remonta a 1806. Durante el siglo siguiente, la moda británica se convirtió en un fenómeno global y su traje sombrío favorito, en una norma internacional.
Dado el precio de cada traje de Henry Poole&Co (unos US 5.300), es fácil suponer que el traje personalizado es un lujo reservado para la élite, pero el director gerente de la compañía, Simon Cundey, no está de acuerdo.
"Es una pieza funcional. Los caballeros todavía se sienten muy relajados y tranquilos (vistiéndolo) y felices de usar algo que les queda bien", dice.
"Mucha gente en nuestro mundo está muy orientada a los negocios y no tiene mucho tiempo para ir de tienda en tienda tratando de encontrar algo que les quede bien. Es caro, pero si es un gasto en diez años, que es lo que generalmente debe durar un traje, es un precio razonable".
En su forma básica, el traje ha existido desde el siglo XVII, y en su forma contemporánea desde el comienzo del XX.
La apariencia se ha mantenidoconstante y ha proliferado en todo el mundo entre la élite y luego entre los hombres comunes, y, finalmente, entre las mujeres, que han adoptado variantes del traje de negocios.
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La directora del Fashion Institute of Technology Museum en Nueva York, Valerie Steele, cree que la demanda conserva su poder permanente "porque creo que connota modernidad. Creo que se ve moderno, eficiente. Algunos dirían que es funcional, pero yo diría que tiene connotaciones de modernidad y funcionalismo y estatus".
Alguien que sabe sobre el origen de los trajes modernos es el diseñador de moda Sir Paul Smith, que ha vestido a Pink Floyd, los Beatles y David Bowie.