En Colima, en muchas ocasiones matar a balazos ya no ha sido suficiente. Los cadáveres hablan de las torturas más terribles y sádicas.
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A algunos, con extremada precisión, les han cortado la piel del pecho y el abdomen para sacarles el corazón todavía latiendo. A otros, les han quitado la piel del rostro, como si fuera una máscara.
Decapitados, cuerpos en trozos, sin dedos, oídos, manos y pies. Las imágenes del horror llegan a los colimenses por Whatsapp o por páginas web de narcos, donde los sicarios han puesto videos.
Colima, bañado por las aguas del Pacífico de México, es un paraíso natural y hasta hace menos de una década era un remanso de paz.
Pero en 2017, el más violento en la historia reciente de México, Colima fue el estado con más asesinatos per cápita.
En ese estado se registraron 816 homicidios dolosos según datos oficiales, lo que representa una tasa de 93,61 por cada 100.000 habitantes, muy por encima del promedio nacional de 20,51.