En una persecución digna de una película de Hollywood, el 13 de noviembre pasado un soldado cruzó una de las fronteras más vigiladas del mundo en medio de los disparos de sus propios compañeros de ejército.
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Se trataba de un soldado de Corea del Norte que desertó al vecino del sur atravesando la Zona Desmilitarizada (DMZ, por su sigla en inglés), la frontera establecida al final de la guerra entre ambos países en 1953.
Si bien los médicos surcoreanos debieron tratar al militar por múltiples heridas de bala, lo que más les sorprendió fue lo que encontraron en su estómago.
"Nunca había visto algo así en más de 20 años como médico", dijo entonces el doctor surcoreano Lee Cook-jong, quien estuvo a cargo de la operación.
El desertor norcoreano tenía una "cantidad enorme" de parásitos en su intestino, incluyendo una lombriz de 27 centímetros de largo.
Pero hubo una época en que los parásitos intestinales no generaban sorpresa en Corea del Sur.
Eran, según relatos de tropas estadounidenses, algo "prácticamente universal".
Tierra con excremento
Tras la Segunda Guerra Mundial, entre 1945 y 1948, el ejército estadounidense ocupó una Corea "caótica", donde "las enfermedades se esparcían rápidamente", según un trabajo publicado el año pasado en la revista especializada Medical History de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido.