Los Varalinotti estaban dormidos cuando de repente, en la mitad de la noche, el sonido estridente del reventón de las ventanas los despertó.
PUBLICIDAD
"Sabíamos que no eran ladrones porque eso no pasa acá, pero nos asustamos", recuerda Odel Varalinotti, padre de la familia.
Luego se enteraron de que lo que para ellos sonó como un "estampido" se debía a que Colazo, un pueblo de 1.500 habitantes en la provincia argentina de Córdoba, se está hundiendo.
El techo de la casa, donde tienen un negocio familiar llevaba al menos una década bajando lentamente, hasta que hace un año, cuando la crisis del pueblo tuvo su peor momento, hizo reventar las ventanas.
Hoy, en lugar de vidrios hay unas persianas que impiden ver dentro del negocio de los Varalinotti, que ofrece juguetes, ropa y electrodomésticos.