"Nosotros, como política pública, vamos a defender a una policía en acción que no se deje matar".
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Con esta palabras la ministra de seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, anunció una "nueva doctrina" del ejercicio de la autoridad en un país que no termina de superar los traumas de la represión estatal.
El periodista que la entrevistaba, Ernesto Tenembaum, se mostraba sorprendido por las declaraciones, que han disparado las alertas de grupos de derechos humanos nacionales e internacionales por la promoción de un paradigma del "gatillo fácil".
Pero Bullrich, una prominente política que pasó de ser guerrillera durante el régimen militar (en los 70) a ser cara visible del gobierno derechista de Mauricio Macri, insistía.
"En cualquier país civilizado, el Estado lo que hace es darle la presunción de inocencia a su policía; no al revés", aseveró la semana pasada, "estamos construyendo una nueva doctrina: el Estado es el que realiza las acciones para impedir el delito".
Bullrich anunció, como parte de una serie reformas a la Justicia, una modificación al Código Penal.
Se busca darles más garantías a los policías, según ella perjudicados por la legislación actual, porque "solo" se les permite disparar en legítima defensa.
"Vamos a sacar la legítima defensa para los casos de policías", afirmó.