Mi padre, Piet, tiene Alzheimer. Él es uno más de los miles de pacientes con esta enfermedad.
PUBLICIDAD
El Alzheimer es una de las formas más comunes de demencia. Significa que las células en el cerebro de mi padre ya no funcionan como deberían.
Algunos de sus recuerdos más antiguos permanecen, pero su demencia está creando bordes oscuros alrededor de muchos de ellos, lo que los convierte en fragmentos inalcanzables, inconexos y confusos que ya no puede unir como de costumbre.
No escribo esto para incitar a la compasión por él o su familia. Él no hubiera querido eso.
Más bien le hubiera gustado que comprendamos mejor una enfermedad que está matando tantas neuronas importantes y cambiando su comportamiento irreversiblemente.
Al inicio de su diagnóstico, le pregunté cómo se sentía tener demencia. Me dijo que era como si una sombra o nube lo estuviera siguiendo constantemente.
Dijo que no le tenía miedo a lo que le estaba sucediendo. Aceptarlo hizo que fuera más fácil vivir con ello.