Pensar que fue una lesión la que abrió la puerta a Nick Foles para convertirse en el héroe de la histórica victoria de los Eagles de Filadelfia sobre los Patriots de Nueva Inglaterra en el Super Bowl LII.
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Ese lugar hasta el pasado 10 de diciembre correspondía a Carson Wentz, el mariscal de campo que estaba llamado a guiar a los Eagles hacia el primer triunfo de la franquicia en la noche más esperada del deporte estadounidenses.
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Pero la lesión de rodilla que sufrió Wentz en la victoria sobre los Rams lo apartó por el resto de la temporada y poco pensaron que Foles iba a ser capaz de ocupar su lugar.
No sólo lo hizo, sino que incluso fue más allá.
