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“Sencillamente quería dejar de vivir”: la desazón por perder el sentido del gusto

Si no pudieras saborear tu comida, ¿qué comerías? De hecho, ¿querrías comer? Los trastornos del gusto son raros, pero tienen un impacto devastador en la vida de las personas. Aunque también pueden ser clave en la detección de la demencia.

"Lechuga fría, huevo poché caliente, queso bien derretido, unas nueces crujientes, alguna salsa y alguna especie, como chili picado… para mí, ese es un buen contraste".

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¿Qué tal? ¿Se te hizo agua la boca o demasiado complicado para ti?

Ese plato fue diseñado por el bombero Adrian Wellock de la Isla de Wight, Inglaterra, quien sufre de una rara condición llamada ageusia, la ausencia o pérdida del sentido del gusto.

Wellock perdió las funciones gustativas en su lengua y el sentido del olfato durante un episodio de gripe en 2012. Después de unas semanas, recuperó su sentido del olfato pero no el del gusto.

Para disfrutar de la comida lo que ahora hace la diferencia es la textura, temperatura y el aroma… ¿notaste cómo hizo énfasis en eso cuando describió ese plato que saborearía con los sentidos que tiene?

Los trastornos del gusto como el que sufre Wellock son raros y pueden tener un impacto devastador en la vida de las personas. Pero también son sorprendentes y revelan lecciones valiosas que podrían llegar incluso a ser clave en el diagnóstico precoz de la demencia.

Sinsabor

Ni siquiera el fuerte sabor del jugo de naranja recién hecho al desayuno dejó rastro.

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