Ella tenía la última palabra y quienes osaban escalar las montañas más altas del planeta necesitaban convencerla para que el mundo lo supiera.
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De eso se encargó durante la mayor parte de su vida Elizabeth Howley, la popular cronista del Himalaya, cuya muerte este viernes a la edad de 95 años generó dolor en el mundo del montañismo.
Nacida en Chicago (Estados Unidos) en 1923, Howley se enamoró a primera vista de la imponente cordillera desde que visito Nepal a finales de los años 50, hasta el punto en que se radicó Katmandú y formó su hogar en un modesto apartamento desde 1960.