La riqueza del mundo no sólo sigue en manos de una pequeñísima minoría sino que, el año pasado, la brecha entre los superricos y los pobres se agrandó aún más.
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Esa es la afirmación de la organización caritativa británica Oxfam, que asegura que 82% del dinero que se generó en el mundo en 2017 fue al 1% más rico de la población global.
Mientras tanto, la mitad más pobre del planeta no vio ningún incremento en sus ganancias, afirma la organización.
Oxfam dice que las cifras -que algunos críticos cuestionan- muestran un sistema fallido.
La ONG responsabiliza de esta desigualdad a la evasión de impuestos, la influencia de las empresas en la política, la erosión de los derechos de los trabajadores y el recorte de gastos.