¿Alguna vez haz visto una roca gigantesca en la cima de un acantilado o en medio de la playa?
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Científicos atribuían a la poderosa fuerza de un tsunami la forma peculiar de este paisaje que se ve solo en algunos sitios.
Y es que se estimaba que únicamente un tsunami tenía la energía necesaria para empujar peñascos de gran tamaño ya que las olas, por más monstruosas que fueren, solo podían solo un objeto de hasta 200 toneladas.
Ahora, un equipo de investigadores del William College en Massachusetts, Estdos Unidos, descubrió que no es necesario que se produzca un tsunami para que una roca inmensa se traslade de un sitio a otro.
De acuerdo al estudio, liderado por Rónadh Cox y publicado en la revista Earth-Science Reviews, las olas gigantes —también llamadas vagabundas— pueden transportar hasta 620 toneladas de peso.
Esto significa que el impacto de las grandes olas que generan las tormentas puede ser más poderoso y peligroso de lo que se pensaba.
Antes y después
Cox y su equipo analizaron el movimiento de una serie de rocas en la costa oeste de Irlanda durante el inverno de 2013 y 2014.
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Fotos tomadas antes y después de varias tormentas que castigaron en ese período la costa atlántica de la isla revelaron que uno de estos pedruscos, de 620 toneladas, se había desplazado 2,5 metros.