En el corazón de cualquier democracia moderna está la idea de que hay que elegir a los líderes para que ejerzan el gobierno.
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Pero, a la vista de casos como los de Alemania e Irlanda del Norte, que empiezan 2018 sin que sus líderes hayan logrado formar un ejecutivo, la pregunta que se plantea es: ¿realmente necesitamos a los políticos?
Hace 12 meses, los norirlandeses se encontraron sin gobierno después de la dimisión del viceministro principal del país en medio de una polémica por la gestión de un programa energético.
La consiguiente merma en la confianza entre los nacionalistas en el gobierno y los partidos unionistas no muestra visos de resolverse.
Dado que para la aprobación de toda ley es necesario el apoyo de ambos bandos, la actividad ha quedado reducida al mínimo en la Asamblea de Stormont, el Parlamento del Ulster.