El futuro del presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, conocido popularmente como PPK, no parece alentador.
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El Congreso peruano vota este jueves su posible destitución, menos de 18 meses después de que accediera al poder.
La medida ha sido impulsada sobre todo por Fuerza Popular, la bancada fujimorista, que cuenta con la mayoría parlamentaria (71 de 130 congresistas) y que en lo poco que va de legislatura ya ha conseguido precipitar la salida de varios ministros.
Esto ha hecho que algunos medios de comunicación peruanos comiencen a hablar de un "golpe de Estado exprés" organizado por este partido.
El mismo Kuczynski aseguró en la televisión local que la "vacancia", el mecanismo legal que se puede utilizar para deponerlo, es una "exageración" con el fin de "sacudir al presidente" y "manejar el Estado sin haber ganado la elección presidencial", en una clara referencia a los fujimoristas.
Si PPK es retirado del ejecutivo, le sucederá el primero de sus dos vicepresidentes.
Pero si estos dos renuncian o también acaban cesados por el Congreso, será el presidente de esta cámara, un miembro del partido de los Fujimori, quien tomará las riendas del país hasta la convocatoria de nuevas elecciones.
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Implicado por Odebrecht
La situación de PPK se ha precipitado desde que trascendieran en las últimas semanas las declaraciones hechas por el empresario brasileño Marcelo Odebrecht ante los fiscales peruanos.
En ellas, el exdirector ejecutivo de la constructora Odebrecht confesaba haber encargado consultorías para proyectos públicos a una firma perteneciente a Kuczynski cuando este era ministro del expresidente Alejandro Toledo.