No hace mucho el portero chileno Claudio Bravo seguía siendo el centro de las críticas más crueles de los medios de comunicación y de una buena parte de los aficionados al fútbol en Inglaterra.
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De poco importó la espectacular actuación del capitán de la selección chilena en la Copa Confederaciones que se disputó en Rusia entre junio y julio, donde Bravo detuvo tres penaltis consecutivos en semifinales contra Portugal para avanzar al partido decisivo contra Alemania, que terminó perdiendo por la cuenta mínima.
La llegada del brasileño Ederson pareció sentenciar el fin de Bravo, que tal vez sufrió la peor temporada de su carrera cuando llegó al Manchester City proveniente del Barcelona a petición del técnico Pep Guardiola en agosto de 2016.
Su debut en la Liga Premier, en el derbi contra Manchester United, marcó la pauta de lo que sería un año para el olvido.