Una celda de 12 metros cuadrados en el Complejo Médico Penal de Curitiba fue el lugar de reclusión del empresario brasileño Marcelo Odebrecht durante dos años y medio. Una mansión de 3.000 metros cuadrados es el lugar donde cumplirá el resto de su condena.
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Odebrecht, encontrado culpable en el mayor escándalo de corrupción en Brasil, que ha salpicado a políticos de toda América Latina, fue beneficiado este martes con un arresto domiciliario.
Lo cumplirá en un condominio de Morumbí, un acomodado barrio de San Pablo.
El empresario deberá llevar una tobillera electrónica.
Medios de comunicación locales describen el complejo habitacional como una suerte de fortaleza que le garantizará privacidad y lo mantendrá alejado de curiosos, críticos e incluso de sus propios vecinos.
Agentes privados de seguridad custodian el acceso e identifican a todos los suntuosos vehículos que ingresan al predio. Rara vez se ve gente entrando o saliendo a pie.
Piscina, gimnasio, sauna, bodega, sala de juegosy cine privado forman parte de las comodidades de la vivienda. El paisaje se completa con un jardín diseñado especialmente.