El Padre Nuestro es, en parte, una conversación directa de los fieles con Dios, en la que se enfatiza la fe en el ser supremo al que se le hacen varias plegarias.
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Los evangelios de Lucas y Mateo en la Biblia dicen que fue elaborada por el propio Jesucristo.
Las versiones litúrgicas que se rezan en los diferentes idiomas de los cristianos provienen del latín vernáculo, que a su vez es una traducción del griego y este una traducción del arameo, la lengua de Jesús.
Pero, ahora, el papa Francisco quiere cambiar el Padre Nuestro. Afirma que la interpretación de un verso en particular da una impresión errónea de las acciones de Dios.
«Mala traducción»
El verso en cuestión es «Et ne nos inducas in tentationem», la sexta plegaria del Padre nuestro en latín, que literalmente traduce al español: «Y no nos metas en tentación».
En muchos idiomas se ha adoptado esa traducción literal. Por ejemplo, en inglés «And lead us not into temptation»; en alemán «Und führ uns nicht in Versuchung»; en italiano «Non ci indurre in tentazione».
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«No es una buena traducción porque habla de un Dios que provoca la tentación», explicó Francisco en una entrevista con el canal italiano TV2000.
El pontífice comentó que se debería cambiar el texto para mejor reflejar que no es Dios quien conduce a los humanos al pecado.
«Yo soy quien caigo; Él no me está empujando hacia la tentación para ver cómo es que he caído», sostuvo.
«Un padre no hace eso, un padre inmediatamente te ayuda a incorporarte. Es Satanás quien nos mete en la tentación, ese es su departamento».
Versión en español
Las traducciones litúrgicas generalmente se elaboran por las autoridades eclesiásticas de cada país en coordinación con el Vaticano.
Pero el Papa resaltó que la Iglesia católica en Francia había adaptado el texto a uno que reza: «Et ne nous laisse pas entrer en tentation» que traduce «Yno nos dejes entrar en tentación».
Esa, según el papa Francisco, es una frase alternativa que se ajusta más a la verdad pues implica que es una falta humana y no de Dios.
Indicó que esa, o una interpretación similar, debería ser aplicada en todo el mundo.
En el caso del español no es necesario el cambio, pues esa versión ya reza: «Y no nos dejes caer en tentación».