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¿Cómo sobrevive económicamente un estudiante en la Universidad?

Los estudiantes de universidades privadas gastan menos de cinco dólares diarios, a diferencia de los universitarios de instituciones públicas que sobreviven con menos dinero, según un estudio publicado en EFDeportes.

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Ahorro Ahorro (Aldo Murillo/Getty Images)

Materiales para trabajos de la universidad, comida, buses y actividades de ocio, son algunos de los gastos que tienen que afrontar los estudiantes universitarios de Quito, diariamente.  Tanto de instituciones públicas como privadas.

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Según Estefanía Espinosa, economista, el ingreso diario de una persona que trabaja es aproximadamente de cinco dólares. Los cuales se distribuyen en: movilización, alimentación y necesidades extras.

En el caso de los universitarios, ¿sobreviven con cinco dólares?

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Un estudio realizado por estudiantes de la Universidad de las Fuerzas Armadas (ESPE) y publicado en la revista digital argentina ‘EFDeportes’, señala que en las universidades privadas, el 16% de los estudiantes de la muestra gasta más de 5 dólares diarios solo en materiales escolares. En el caso de las universidades públicas el dato llega al 23,5%.

La realidad de cada estudiante de pregrado es diferente.  Así lo demuestran Antonio, Patricia, Erick y Daysi. Todos están entre 20 y 21 años y viven en situación de dependencia económica de sus padres.

Si se trata de hacer alcanzar el dinero para materiales de trabajo o implementos de la ‘U’,   Patricia es una ‘experta’. Resulta que llega el lunes y olvidó comprar el cubre y porta objetos para la primera hora de laboratorio en la Universidad de las Fuerzas Armadas (ESPE) ubicada en Sangolquí, en el suroriente de Quito.

Al vivir sola, sus necesidades diarias son más costosas; pero como recién empezaba el lunes, Patricia recibió de sus padres los habituales ocho dólares diarios. Eso,  más el dinero que siempre ahorra para trabajos universitarios, será suficiente para comprar dicho material, dice ella.

El problema es encontrar una farmacia abierta cerca de su departamento  a la madrugada (06H00) donde vendan materiales de laboratorio químico.

Erick, en cambio, siempre ‘exprime’ su billetera para reunir los $2,50, equivalentes a una ‘súper salchipapa’ en uno de los tradicionales restaurantes de los alrededores de la Universidad Central del Ecuador.

Para Erick la única prioridad no es tener el estómago lleno a media mañana, también es separar unos cuantos centavos para las copias de algún texto que el “profe mandó a leer”, esperando que sean pocas hojas para que el trabajo no sea tan largo, ni el dinero pase los dos dólares.

Llega el fin de mes y no solo los jefes de familia tienen la responsabilidad de pagar deudas.  Resulta que los universitarios también invierten en gastos extras que les deja un saldo pendiente. Un perfume traído del extranjero, unos zapatos del centro comercial y maquillaje por catálogo comprado a una amiga de la universidad, son algunas de las deudas de Daysi en enero.

Daysi pertenece a la Universidad Politécnica Salesiana, sede Quito, ella separa 10 dólares, de los 20 que recibe semanales, para pagar los saldos pendientes ya mencionados.

Sin embargo en marzo,  Daysi  decidió regular más sus gastos. Los 10 dólares que le sobraban semanalmente los dedicó al ahorro, de esta manera puede comprar sin endeudarse.

Espinosa, especialista, afirma que el ahorro es importante: “permite generar una costumbre social en la cual se genera conciencia financiera, estabilidad económica y  efectiviza el dinero de los ingresos”.

Los chicos y chicas tienen que responder académicamente a tareas, trabajos grupales e individuales, exposiciones y exámenes, lo que lleva al límite a cualquier estudiante. Más aún cuando llega el  viernes y lo primordial es ‘desestresarse’.

Ese es el caso de Antonio, quien estudia en la Universidad San Francisco de Quito. Al vivir cerca de la ‘U’ casi no tiene gastos de alimentación o transporte. Razón por la cual, tiene libertad para invertir los cinco dólares diarios en cerveza con el fin de contrarrestar el calor del valle de Cumbayá, ubicado en el oriente de Quito.

No falta la reunión de amigos donde se hace ‘vaca’ para juntar esfuerzos. De centavo a centavo se reúne para los combos de ‘bielas’.

Antonio, además, afirma que la farra no acaba el viernes: «siempre queda dinero para el fin de semana”.

Frente a tal administración de los ingresos de Antonio, Espinosa  considera que un joven en la etapa universitaria depende de la manutención de sus padres, por lo que sus gastos deberían ser netamente dedicados a sus estudios.

De alguna manera u otra los universitarios sobreviven a la vida de estudiante, eso sí, no dejan de divertirse.

Dos simples pasos para ahorrar

  1. Se debe analizar qué gastos, de los que se realizan en un periodo de tiempo (ya sea diario, mensual o anual), son necesarios y cuáles no.
  2. Se realiza una comparación entre gastos necesarios e innecesarios, y de estos últimos, al no ser indispensables, se pueden suprimir y destinar aquel capital al ahorro.

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